
Tras unos días por Vietnam, salimos temprano de Ha Tien para poder aprovechar al máximo el primer día por Camboya. También por si teníamos alguno de los famosos problemas que habíamos leído en blogs, sobre lo que ocurre en los pasos fronterizos del Sudeste Asiático. Con los nervios, dejamos la moto aparcada y fuimos a que nos pusieran el sello de salida de Vietnam. Todo bien a la salida del país.
El timo de la estampita en la frontera
Como hemos dicho, habíamos leído acerca de las tretas que utilizan los agentes fronterizos para sacarse un sobresueldo a costa del ingenuo turista. Además la no muy clara información que vas encontrando por las diferentes webs y la nula información que existe en estos pasos por parte de los correspondientes gobiernos, hizo el resto.
El agente que nos atendió se las daba de simpático y ni corto ni perezoso nos pidió los 35$ para tramitar el visado. Habíamos leído que eran 30$ pero el hombre insistía en que no, que eran 35$. Debido a la falta de conexión a internet para asegurarnos, la nula información que había en el lugar y el recuerdo de Ikna de que le sonaba que eran 35$ hizo que cediésemos y los pagáramos a regañadientes. Segundos más tarde Alba sacó el documento donde decía que eran 30$, ni uno más, ni uno menos.
Después de media hora de mala hostia, de aguantar las risitas de los agentes y una ‘revisión’ médica para ver que no teníamos fiebre, pusimos cabizbajos rumbo a nuestro primera parada en Camboya.
Kep
Durante los aproximadamente 30km que teníamos de la frontera a Kep nos fuimos acordando de la madre del agente fronterizo aunque una vez llegado al destino, decidimos hacer borrón y cuenta nueva. Acabábamos de entrar en un nuevo país y queríamos disfrutarlo desde el minuto 1 al máximo y sin rencores.
Kep era un poblado con una distribución un tanto peculiar. Después pudimos ver que es un pueblo hecho para albergar a turistas y poco más. De hecho, desde nuestro siguiente destino, Kampot, se organizan excursiones de un día para disfrutar de las playas de Kep. Aún y así, decidimos quedarnos una noche para dar una oportunidad a esta antigua ciudad de vacaciones para la élite francesa de principios del s.XX y también, para disfrutar de un bañito en las aguas de la costa camboyana.
Nos hospedamos en el Kepmandú GuestHouse, un hostal hecho completamente de madera y bastante famoso entre los backpackers por su precio y servicios. Como hemos comentado, Kep en sí, no ofrecía mucha variedad para el viajero ansioso por descubrir lugares de ensueño y únicos.
Aún y así, habíamos leído sobre las cuevas de Kampong Trach que se encontraban a unos 30km al noreste del pueblo y teníamos curiosidad por verlas.
Después de encontrar por casualidad las cuevas y pagar la entrada, nos pusimos los frontales, como quien se va a trabajar a la mina y comenzamos a caminar pensándonos que serían rutas laberínticas que nos atraparían para la eternidad. Quizá no era lo que habíamos pensado. Quizá porque no teníamos un guía que nos sumergiese en las entrañas de estas, pero aun y así, las formaciones rocosas de la zona y el ‘patio’ interior al que accedías una vez caminados 20 metros desde la entrada principal eran una auténtica pasada. Los frontales nos sirvieron más para que algunos locales se echaran unas risas a costa nuestra. Pero valió la pena!
Salimos de las cuevas y nos fuimos directamente a pegarnos un chapuzón a las playas de Kep para quitarnos el sabor extraño que nos había dejado el día.
Sitios de interés de Kep y alrededores
Paseo marítimo de Kep
En realidad el paseo marítimo de Kep se extiende a lo largo de toda la población costera. Sin embargo son pocos los metros transitables a pie y que tengan un encanto especial más allá del puente que alberga la escultura de una mujer semidesnuda y junto a la playa.
Las ‘playas’ de Kep
Quizá una de las cosas que más valgan la pena de esta pequeña localidad costera, a pesar de no contar con playas espectaculares, siempre van bien para sofocar el intenso calor camboyano.
Crab Market
Por las mañanas es un lugar de gran transito de personas por la llegada de los barcos pesqueros con producto fresco (sobretodo cangrejos, curioso eh!), sin embargo, por la noche y una vez que todos los puestecitos de venta han cerrado, quedan los restaurantes junto a la orilla del mar en donde degustar deliciosos platos de marisco o pescado fresco.
Wat Kiri Sela o Cuevas de Kampong Trach
Situado a 23 kilómetros al noreste de Kep, erigido en medio de formaciones kársticas, encontramos un templo budista en medio de un entramado de cuevas por los que es posible adentrase hasta cierto punto. El precio es de 4.000KHR (1$) por persona y es necesario llevar alguna linterna o frontal si decidimos ‘investigar’ por el interior las cuevas. Hay niños en la entrada que te pedirán hacerte de guía con linternas pero no es aconsejable 1º Porque fomentas que no quieran estudiar para trabajar desde bien pequeños y 2º Porque las cuevas no tienen mucha profundidad como para perderte por ellas.
La tranquilidad de Kampot
De haber sabido cómo era Kep, y como sería Kampot, probablemente hubiésemos ido directamente a esta segunda y hacer una excursión de un día a la primera para disfrutar de sus playas.
Kampot es una ciudad ribereña bastante turística (mucho francés) y con una amplia oferta para los viajeros que deciden pasar unos días de tranquilidad o de aventura, según sus gustos. También conocida por sus plantaciones de pimienta y por estar a los pies del imponente Parque Natural de Bokor.
Teníamos pensado pasar 2 noches en Kampot para poder exprimir al máximo los diferentes puntos de interés de la zona.
A un kilómetro y medio del centro de la ciudad se encontraba el Ella GuestHouse, un lugar tranquilo situado a orillas del río con bungalows de bambú y que permitían desconectar del ruidoso centro de la ciudad.
Lugares de interés en Kampot
Mercado Psar Leu
Como ya sabéis nos encantan los mercados, pero este en concreto nos parece digno de visitar por la gran variedad de productos y por su peculiar distribución. A diferencia de la gran mayoría de mercados que hemos vistos hasta el momento, éste no tiene orden alguno.
Pasear por sus calles
Observar los viejos edificios franceses y sentarse en la ribera para disfrutar de los impresionantes atardeceres.
Parque Nacional de Bokor
En este impresionante parque de exuberantes bosques y una gran fauna es famoso sobretodo por la estación de montaña que fundaron los franceses en la década de 1920 y que abandonaron pocos años después con la llegada de los Jemeres Rojos. En este post sobre Bokor podrás conocer más acerca del Parque Nacional.
Campos de pimienta
Ésta región es famosa mundialmente por su pimienta, aunque nada que ver con lo que había sido años atrás, antes de la llegada de los Jémeres Rojos. En ellos podréis aprender como funciona la producción de este producto.
Sabíais que las diferentes variedades de pimienta salen de una misma planta y varían según el momento de recogida de estas: 1ª Verde, 2ª Negra, 3ª Blanca y por último la Pimienta Roja.
Plaza del Durian
Dentro de los pocos atractivos turísticos de este pueble, cabe destacar la curiosa rotonda con un durian gigante y otras frutas populares de la zona. Situado en el corazón de esta localidad, no tiene pérdida.
Tanto en Kampot como en Camboya, en la mayoría de rotondas hay esculturas con diferentes motivos. Esto no es únicamente por estética, sino qué muchos camboyanos todavía no saben leer y es por eso que se guían por estas esculturas hacia las diferentes partes de pueblos o ciudades.
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