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Rumbo al interior de Senegal

Rumbo al interior de Senegal

Nos habíamos ido con un buen sabor de boca de nuestra estancia por Casamance. Acabábamos de dejar Mlomp para comenzar un camino hacia el interior del país que no sabíamos cuánto duraría.

Antes de la gran travesía hasta Kedougou, hicimos noche en Ziguinchor, capital de de dicha región, para poder tomar fuerzas.

Ziguinchor

Llegamos sobre las 22h al centro de la ciudad y como habíamos ido improvisando sobre la marcha, no teníamos donde alojarnos. Gui y Agni habían estado anteriormente en un Albergue, así que fuimos a probar suerte al Aubergue CasAfrique para compartir una habitación entre los 4. Tuvimos suerte y el dueño se acordaba muy bien de ellos! Solo nos faltaba cenar algo y a esas horas era posible que no encontrásemos nada de nada. Por fortuna no fue así. Después de probar en un bar donde nos ofrecían algo así como ‘un animal que vive en el bosque y tiene pinchos’, encontramos una tangana en donde nos sirvieron unos bocadillos completos que nos supieron a gloria.

No dio mucho tiempo para mucho más, entre la oscuridad de las calles y la hora que era, optamos por ir dormir.

La idea era partir a las 6 de la mañana hacia la Gare Routiere de Ziguinchor con la intención de coger un sept-places que nos llevase hasta Tambacounda… Lo malo es que nunca sabes a la hora que saldrá, cuando se llene, te vas. (A los tubabs siempre les intentan hacer pagar las plazas de más ‘para ir más cómodos’ y poder salir antes).

Con el equipaje sobre nuestros hombros y ya en el garaje, nos tocaba lidiar con los diferentes conductores que te invitaban a ir con ellos. Es uno de los peores recuerdos que guardamos de Senegal. Las horas de espera que puedes llegar a pasar en las Gare Routiere hasta que todo se pone en marcha y las decenas de personas que te ‘acosan’ ofreciendo sus servicios y productos a todas horas.

Después de dos largas horas de espera, estábamos empezando a desesperar hasta que llego el conductor con el que habíamos quedado para ir hacia Tambacounda. Lo malo era que, alguien ya se había cogido el sitio de delante y el coche apenas tenía huecos libres para nuestro equipaje.

Normalmente, si compráis una plaza para ir sept-places a cualquier parte de Senegal, se respeta el orden de compra. En ocasiones se pasan ese orden por el forro y te toca ir donde ellos quieran. Es lo que hay, si quieres lo tomas, sino, te quedas esperando hasta que salga otro… sin saber cuándo, claro.

Agni echando una cabezada

Agni echando una cabezada


obstáculos en el camino

Obstáculos en el camino 😛

No os aburriremos con los detalles de un trayecto que duró unas 10h (entre paradas y demás) para recorrer 400km en un coche de los años 70, lleno a reventar y con un conductor un poco kamikaze. Afortunadamente, el tramo de carretera entre ciudades era medianamente bueno.

Tambacounda

Toca descansar?

Por fin habíamos llegado a Tambacounda! Estábamos exultantes de alegría a pesar del cansancio del viaje… (pobres ilusos, todavía faltaba para que acabase la odisea de ese día)

Llegamos a eso de las 18h a la Gare Routiere de Tamba. No teníamos muy claro lo que íbamos a hacer ya que, lo que nosotros deseábamos era poder llegar ya a Kedougou para recorrer un Pais Bassari del que tanto habíamos oído hablar y tantas ganas teníamos de visitarlo en toda su esencia.

En un primer momento, Alba y Agni se quedaron en el parking para ver si salía algún sept-places o furgoneta hacia Kedougou y, aunque llegásemos tarde, poder estar ese mismo día allí para al día siguiente, empezar la ruta de los Bassari… Mientras tanto, los primos (de familia, no de tontos!) Gui y Igna fueron a inspeccionar la ciudad en busca de un posible alojamiento para esa noche.

Pasó una hora larga y la expedición volvió a la Gare Routiere con las tarifas de varios albergues y un par de tanganas/bares apuntados por si debíamos pernoctar allí.

Desde hacía un rato, había una furgoneta que esperaba a ser llenada para partir hacia Kedougou. La idea no era mala, todavía podíamos llegar a una hora razonable, el problema es que no sabíamos cuando demonios se llenaría… Con nosotros hacían 12 personas y su capacidad era de 19. Para variar, nos preguntaron si queríamos pagar el resto de plazas para salir cuanto antes, a lo que dijimos que no, obviamente.

Iban pasando las horas y parecía que aquello no acabaría bien. Ya cansados de esperar, nos decidimos por quedarnos en Tamba’y a la mañana siguiente ponernos en marcha. Pero cuando ya estábamos saliendo del parking, casualmente se llenó de golpe la furgoneta (magia!) y aunque las chicas se opusieron (con mucha razón), la toducez (y estupidez) de los chicos se impuso y nos subimos no sin antes llevarnos una buena bronca de Alba y Agni…

Kedougou

Fin de la ‘pesadilla’

Era la 1 de la madrugada cuando la furgoneta nos dejaba en la Gare Routiere de Kedougou. Tampoco daremos detalles del incómodo viaje hasta llegar a nuestro destino. Solo decir que la carretera… bueno, en gran parte del camino no había carretera, así que ya os podéis imaginar la aventura!

setplaces

Ya llegamos!

Como decimos, era de noche, no había nadie en la calle y para colmo, al haber improvisado nuestra fuga en furgoneta hasta Kedougou ese mismo día, no teníamos donde dormir. Habíamos intentado llamar a varios sitios que aparecían en las guías sin suerte. Algunos no cogían el teléfono y otros directamente ni existían o quizá estaba mal apuntado el número.

Después de alguna que otra proposición de Igna de dormir en la calle y sus correspondientes miradas de desprecio por parte del resto, pusimos rumbo al albergue más cercano que aparecía en la guía. Como no sabíamos muy bien como llegar tuvimos la suerte de toparnos con una pareja que salían de trabajar de un local y el hombre, muy amablemente, se ofreció a acercarnos en coche hasta el lugar (en realidad estaba a menos de 100 metros de allí pero estábamos algo perdidos…y dormidos).

El albergue Thomas Sankara parecía abierto, aunque el recepcionista estaba más dormido que nosotros! Después de desperezarse un poco, nos alegró saber que todavía tenían habitaciones libres. Así que cogimos una para cada pareja y nos fuimos directamente a dormir.

Y conocemos al gran Doba!

La verdadera razón por la cual nos habíamos unido Gui y Agni y nosotros era para poder recorrer juntos el Pais Bassari y así repartir mejor los gastos. Hay que saber que recorrer esta zona de Senegal puede aumentar el precio final de tu presupuesto previsto para el viaje. Al ser una región alejada de las grandes ciudades, es necesario contratar un guía y un coche para poder recorrerla sin problemas y sin perderte los diferentes puntos atractivos que se pueden disfrutar.

También se puede acceder cada uno por su cuenta, pero es probable que te encuentres con obstáculos a la hora de poder visitar los diferentes poblados que forman esta bonita región y también es probable que te pierdas en más de una ocasión… más que nada porque las señalizaciones brillan por su ausencia 😀

El caso es que antes de partir hacia Senegal, habíamos contactado con un guía que nos recomendaron para realizar la ruta del Pais Bassari. En realidad, junto con la primera noche en Dakar, eran las únicas cosas que concertamos antes de poner rumbo a África. Su nombre es Doba Diallo y, como sabríamos más adelante, aparecía en las dos guías que llevábamos entre los 4 así que no podía ser mal tipo!

Doba Dialo

El gran Doba Dialo


Después de pasar una noche más bien mala, recogimos una vez más nuestras cosas y salimos al descampado que había enfrente del albergue. Allí estaba Doba esperando con el 4×4 que nos llevaría de ruta durante una semana por las entrañas de Senegal.

Doba es un tipo delgado y bajito (para la media del país) la mar de simpático y risueño. Nacido en Dande (poblado que visitaríamos días más tarde) ha creado su propia agencia de viajes y tiene su propio campamento en lo alto de su pueblo. Todo un fenómeno!!

Nos presentamos y nos estuvo explicando a grandes rasgos la ruta que haríamos día a día. Como estábamos un poco preocupados por lo que podía costar toda la semana, nos calmó desglosándonos el presupuesto de lo que nos costaría aproximadamente la estancia en cada poblado, comidas aparte.

Así que con todo aclarado, fuimos a por víveres (básicamente agua y algo para comer ese mismo día) y nos pusimos en marcha hacia nuestro primer destino.

Nota Importante: Si vais al País Bassari tener en cuenta que encontraréis pocas, muy pocas tiendas, ya que la mayoría son pequeñas aldeas (algunas de las cuales de difícil acceso) y con un abastecimiento de productos más bien escaso. Si debéis comprar varias garrafas de agua en la ciudad y llevarlas a cuestas, al final os saldrá más a cuenta que comprar cada día X botellas de agua en pequeños colmados de las aldeas. Lo decimos por experiencia…uno de los gastos con los que se nos disparó más el presupuesto! 

Descubriendo el ‘Pais Bassari’

Estábamos emocionados, habíamos estado leyendo mucho sobre el Pais Bassari antes de volar a Senegal. La historia de la región, las características de cada poblado, los increíbles paisajes y demás se encontraban a una hora de camino…

Lo primero que nos dijo Doba, ya subidos al 4×4, para aclararnos varias dudas, era que el nombre de Pais Bassari tan solo era una cuestión de Marketing para atraer turistas…genial! Los Bassari eran una tribu más de las muchas que vivían en la región, pero cada vez menor y, por lo que pudimos ver días más tarde, estaban perdiendo cada vez más las costumbres y la esencia por las que se habían caracterizado.

Antes de llegar al primer campamento base pudimos comenzar a ver detalles, que hasta el momento, habían pasado algo desapercibidos para nosotros. Como la fauna y la flora, que al no estar tan masificada de personas, tenía un aspecto bastante distinto al que habíamos visto hasta ahora alrededor de las ciudades o poblados en los que estuvimos. Los baobabs con sus formas tan peculiares, la cantidad de águilas que revoloteaban por los cielos y una manada de babuinos que se nos cruzó en el camino fueron algunas de las cosas que más nos impactaron hasta llegar a Dindefelo, primera parada de la ruta.

Babuinos

Babuinos huyendo de nuestra presencia.

Dindefelo

Como la mayoría de poblados a los que iríamos durante la semana, Dindefelo era una pequeña aldea (aunque quizá la mayor que visitamos) que se extendía por diferentes calles sin asfaltar y con casas/cabañas alrededor de éstas.

Subimos directamente hasta el campamento, donde pasaríamos la noche, para descargar el equipaje, poder comer algo y tomar una cerveza fresca… sí, que pasa?¿? llevábamos dos días sin probar una!

dindefelo

Campamento de Dindefelo

El campamento estaba formado por unas 10 cabañas de forma circular hechas de piedra y techo de paja, con varias camas en cada una con sus respectivas mosquiteras. Los lavabos y duchas estaban a parte pero en general, nos pareció fantástico para lo que necesitábamos. A un lado del campamento se encontraba el ‘bar/comedor’ donde podías reposar mientras esperabas la comida o tomabas un refrigerio.

Allí coincidimos con un grupo de chicas que habían estado colaborando con una ONG en Touba durante varios meses. También se unieron varios voluntarios del Instituto Joan Godall, dedicado a la conservación del chimpancé en el oeste de África.

dinardindefelo

Primera comida en el Pais Bassari

Después de charlar un rato y con el calor del momento, Doba nos propuso un plan para refrescarnos y olvidarnos que estábamos a 30 y pico grados… No dudamos ni un instante y nos pusimos en marcha.

Seguimos a nuestro querido guía por un camino marcado pero por donde incluso las cabras tendrían alguna dificultad para pasar. Estábamos rodeados de árboles con lianas que jamás habíamos visto antes y los monos verdes nos observaban por encima de éstos con curiosidad y lanzando algún chillido para que supiéramos que estaban allí. Al cabo de 20 minutos llegamos al final del camino y ahí se encontraba la famosa Cascada de Dindefelo con 30 metros de caída y con un agua más fría de lo que podíamos pensar en un primer momento por la temperatura que hacía alrededor.

Dindefelo Fall

Cascada de Dindefelo

Tuvimos la suerte de tener tooooooda la cascada para nosotros. Hay días en los que coinciden varios grupos y es complicado fotografiarla a solas. Después de hacer las correspondientes fotos y vídeos nos fuimos al agua! Bueno, en realidad, el único que se metió entero fue Gui. El resto nos mantuvimos un poco al margen y nos metimos lo suficiente para capturar un momento más auténtico… postureo? Noooooo, que va.

Alba pensando como escalar la Cascada

Alba pensando como escalar la Cascada


Retrato de familia

Retrato de familia

Primera noche en el ‘Pais Bassari’

Refrescarnos en la cascada (que no bañarnos) había sido un regalo después de varios días para arriba y abajo encerrados en un coche y con un calor tremendo. Por fin estábamos relajados y en un lugar tranquilo, con la luz justa para poder contemplar un cielo estrellado mientras degustábamos otra Gazzelle fresquita. No daría tiempo para mucho más, era tarde, estábamos cansados y al día siguiente nos esperaba una visita al pueblo y acto seguido poníamos rumbo hacia nuestro segundo poblado de la ruta. Esta vez el pueblo natal de Doba: Dande.

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Comments:

  • Aida

    26 abril, 2019

    Hola!! ¿Nos pasarías el contacto del guia por favor?
    Muchas gracias.. todo muy interesnte!!! 🙂

    reply...
  • Cris

    6 mayo, 2019

    Hola
    Quiero conocer Senegal este año. África me ha embrujado.
    Podrías pasarme los datos del guia para el país Bassari?
    Muchas gracias

    reply...
  • Albert Valls Molist

    22 diciembre, 2019

    Muchas gracias por compartir la información. Igual que el restp de compañeros, me gustaría que me enviaras el contacto del guía.
    Saludos cordiales

    reply...

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